Estepona apuesta por la sostenibilidad turística: un ejemplo para el futuro del turismo
Una transformación turística basada en la sostenibilidad medioambiental y la recuperación del patrimonio
En un momento crucial para la industria del turismo, Estepona está demostrando que el desarrollo económico y la preservación del entorno pueden, y deben, ir de la mano. Con más del 70% de su Plan de Sostenibilidad Turística ejecutado, la localidad malagueña ha logrado lo que muchos destinos anhelan: una transformación sólida hacia un modelo que prioriza la sostenibilidad medioambiental, social y económica.
El éxito de Estepona radica en la combinación de una visión a largo plazo y una ejecución rápida y efectiva de proyectos que no solo impulsan el turismo, sino que también protegen y enriquecen el patrimonio local. Ejemplos de ello son la rehabilitación del histórico Castillo de San Luis, que añade un atractivo turístico significativo, o la construcción del rocódromo al aire libre más grande del país, una infraestructura que combina deporte y naturaleza, integrándose perfectamente en el paisaje.
La sostenibilidad en el turismo no es un concepto nuevo, pero la pandemia de COVID-19 y los desafíos del cambio climático han acelerado la necesidad de reimaginar cómo interactúan los viajeros con los destinos. Estepona parece haber entendido que el futuro del turismo no solo depende de atraer visitantes, sino de asegurar que el entorno que los acoge se mantenga preservado y vibrante para las generaciones futuras. Esta es una visión que debería guiar a todas las ciudades turísticas, especialmente aquellas que dependen en gran medida de la afluencia masiva de turistas, como sucede en la Costa del Sol.
Pero lo que hace realmente ejemplar a Estepona no es solo la velocidad de ejecución de su plan —que, por cierto, puede continuar hasta 2026—, sino la filosofía subyacente de recuperar y poner en valor su patrimonio histórico y cultural. El Castillo de San Luis, tras años de olvido, ahora se alza como un símbolo del compromiso de la ciudad con su historia y su identidad. No se trata únicamente de atraer turistas, sino de ofrecer experiencias auténticas y enriquecedoras que conecten a los visitantes con el legado local. Este tipo de iniciativas, que buscan un turismo de mayor calidad y menos masivo, deberían ser replicadas por otros destinos que luchan por mantenerse competitivos en un entorno cada vez más exigente.
Además, es digno de destacar el enfoque en la eficiencia energética, con acciones ya en marcha en edificios emblemáticos como la Casa de las Tejerinas y el Museo Arqueológico Municipal. En un mundo donde la reducción de la huella de carbono es cada vez más prioritaria, proyectos como estos no solo benefician al medioambiente, sino que también mejoran la calidad de vida de los residentes y hacen de Estepona un destino más atractivo para el turismo consciente y responsable.
El respaldo financiero de los fondos europeos Next Generation ha sido clave para llevar a cabo este ambicioso plan. Sin embargo, no todos los municipios han sabido aprovechar estos recursos con la misma efectividad. Estepona, en cambio, ha demostrado ser un ejemplo de buena gestión, destacando entre las tres primeras administraciones locales de Málaga en grado de cumplimiento del plan. Este es un detalle que no debe pasarse por alto: la eficacia en la administración de fondos públicos, especialmente en tiempos de incertidumbre económica, marca la diferencia entre el éxito y el estancamiento.
En resumen, Estepona nos está mostrando el camino hacia el turismo del futuro: uno que respete el entorno, que valore el patrimonio cultural y que impulse la economía local de manera sostenible. Otros destinos, tanto en España como en el resto del mundo, deberían observar con atención lo que está ocurriendo en esta localidad malagueña. Porque si algo nos ha enseñado la crisis del COVID-19 es que el turismo tal como lo conocíamos está cambiando, y aquellos que no se adapten se quedarán atrás.
El reto ahora será mantener este impulso y garantizar que los proyectos pendientes no solo se completen, sino que lo hagan con la misma calidad y compromiso. Estepona ha demostrado que es posible un turismo que no dependa exclusivamente de la explotación de los recursos, sino de su protección y puesta en valor. Y ese, sin duda, es el turismo que todos deberíamos desear para el futuro.
Javier es emprendedor, consultor de SEO y marketing, diseñador web y fotógrafo. Fundador de la empresa Ases Media, con sede en Marbella y Estepona, Javier reside en Estepona desde hace mas de siete años. Su amor por esta ciudad, sumado a la cálida acogida que siempre ha recibido de sus habitantes, ha fortalecido su vínculo especial con Estepona, inspirando su compromiso con su desarrollo y sostenibilidad.